Un descenso de tres kilómetros pone a prueba a quienes visitan la comunidad de Llanasacha, de la parroquia Cochapata, del cantón Nabón. A aquellos que quieren descubrir los “misterios” que hay dentro de las Cuevas de Rarik, consideradas como su principal atractivo no sólo natural, sino también arqueológico.
Quien conoce bien el lugar dará dos opciones para llegar. El primero, tomando el sendero desde Llanasacha, y el segundo a través de la ruta por la comunidad de Urucshapa. Vale resaltar que este último se aprecia con mayor complejidad.
Sea cual sea el trayecto escogido, arribar es toda una aventura. Desde la parroquia se toma un camino de tierra angosto, con un profundo precipicio al costado. Durante la caminata se atraviesa por una asociación de comuneros que producen cuyes para la venta y por la fábrica de elaboración de tequila de penco, con creciente acogida en el mercado cuencano.
Finalmente se llega a la comunidad de Llanasacha, zona de amplios terrenos cultivables, pero de escasas lluvias, por lo que los comuneros han optado por construir pozos de riego que les permite contar con agua que baja de lo más alto de la montaña, todo el año.
A un flanco del camino se encuentra otro carretero, aún más estrecho, de un carril, que se debe seguir hasta una llanura, donde termina el camino e inicia el sendero. Es indispensable llevar calzado y ropa adecuada, líquidos, sombrero y protector solar, ya que el intenso sol y clima seco, pueden deshidratar rápidamente.
La bajada es tranquila y de agradable vista. Se pasa del clima serrano a clima costero en cuestión de minutos. La vegetación varía según la altura, desde el maizal hasta cultivo de bananas rojas. El tramo final es una ladera empinada, hay que bajar sujetándose de los ramales, casi como en una escalada.
Al fondo se aprecia un riachuelo de aguas tranquilas, llegar a él resulta refrescante. Para acceder a la cueva hay que escalar unos dos metros. Ahí está una entrada pequeña en forma triangular, lugar en el que hace 10 años aproximadamente se hallaron restos óseos humanos, que se cree tienen a ese lugar como cementerio ya hace bastante tiempo.
No se sabe si han realizado estudios con las osamentas que se extrajeron. Ese es un dato que queda por descubrir y con el cual el visitante quedará con su propia teoría. En si todo su enigmático ecosistema es una delicia para quienes gustan de las caminatas entretenidas.
En el sector, junto al río El Salado se encuentran cuatro cuevas grandes y otras pequeñas, donde se dice que hace muchas décadas ese fue paso y refugio de viajeros. En general un lugar lleno de bellos paisajes que invitan a realizar ecoturismo, pues posee parajes dignos de conocer para los amantes de la aventura.
PARA SABER
- Los habitantes cuentan que allí se hallaron restos óseos humanos. Los estudios señalan que Raric fue un sitio de enterramientos del Formativo (más de 4.000 años de antigüedad).
- Aún se observan vestigios del camino asociado a una serie de cuevas y minas de sal mineral que han sido utilizadas desde tiempos preincaicos.
- En el sector, junto al riachuelo El Salado, hay cuatro cuevas grandes y otras pequeñas, donde se dice que fue paso obligado y salero de animales. La composición del entorno y su historia hacen de este ecosistema un sitio entretenido, enigmático y de interés cultural para quienes lo visitan.
- Nabón está ubicado al Sudeste de la Provincia del Azuay, desde Cuenca, hay una distancia aproximada de 72 kilómetros, tomándole 1 hora con 10 minutos en carro hasta el centro cantonal.