Mejía Cabalgando en la Tierra de Volcanes

Mejía

“Los caballos son mansos, iremos justo al ritmo para admirar el paisaje”, dijo Italo, mientras nos ayudaba a colocarnos poncho y zamarro, atuendos del chagra, personaje típico de la zona.

Cantinero, Chugo, Chicle, Carbón y Vayo fueron los escogidos para llevarnos en sus lomos en una cabalgata que, aunque nunca haya montado a caballo, le hace sentir como el mejor de los jinetes, pues “los muchachos (animales) se conocen el camino”. Nuestro guía, con 12 años de experiencia en el asunto turístico, pero toda su vida en las labores del campo, nos dio un curso intensivo de 10 minutos, suficientes para emprender el paseo, que duró aproximadamente dos horas, entre ir y regresar desde la casa de hacienda El Porvenir, que presta este servicio a sus huéspedes.

Cuando arribábamos el panorama se hacía cada vez más impresionante, más, cuando de los caballos bajamos y empezó nuestra experiencia en el lugar que debe considerarse altar de la naturaleza y de libertad para soñar. Brindamos con té de sunfo (planta de la zona), entre el verde pálido de la paja, despeinada una y otra vez por el viento.

Brindamos, porque nos encontramos felices en el páramo, de frente al señorial Cotopaxi, que se escondía entre las nubes y se descubría luego, para mostrarse vestido de nieve y arena.

Él, también estaba de chagra, de poncho blanco y zamarro de pajonales, que tapaban a medias su cuerpo de roca y grietas. Allí, en el sitio denominado Los Guardianes, por las estatuas de madera que permanecen vigilantes en el tiempo. Allí, nos encontrábamos rodeados también por el Sincholagua, el Pasochoa y el Rumiñahui, amigos a la distancia. A lo lejos compartían el Atacaso, el Guagua y el Ruco Pichincha.

Sin duda, un sitio privilegiado, donde el Cotopaxi, se muestra tranquilo, como esperándonos a que lo visitemos, a que lo contemplemos, a 3950 metros sobre el nivel del mar, desde uno de los tantos lugares de ensueño que promociona el cantón Mejía, no por nada considerado, “Tierra de Volcanes”.

PARA SABER

  • La aventura de cabalgar es parte de la propuesta de hospedaje en la casa hacienda El Porvenir, se lo puede hacer solo o en grupo, y el precio varía, dependiendo de las distancias y el tiempo de recorrido, contando siempre con guía autorizado. 
  • Para llegar a la hacienda, desde Machachi, siga por la calle García Moreno, aproximadamente dos kilómetros. Luego diríjase hasta el pueblo El Pedregal, a 21 kilómetros de la cabecera cantonal de Mejía.

  • Para mayor información ingrese a su página oficial.

 

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