Momentos de paz y reconciliación a través de lugares donde no solo tendrá un reencuentro consigo mismo, sino que además podrá admirar el arte desde la construcción humana, se enterará de la historia de la ciudad desde una perspectiva diferente y podrá conocer leyendas, mitos y verdades que enriquecerán su bagaje cultural.
Para cumplir con este recorrido necesitará unas cuantas monedas, ropa cómoda y abastecimiento de agua, porque el traslado lo puede hacer tranquilamente caminando. Consiste en la Ruta Religiosa del Centro Histórico de Cuenca, en la provincia del Azuay. Son 11 templos y tres instituciones católicas, las que constan dentro de este nuevo mapa turístico que les presentamos.
Iniciaremos el trayecto en el occidente entre las calles Simón Bolívar y Coronel Talbot, en la iglesia de San Sebastián. Esta construcción que data del siglo XIX contiene una cúpula y una torre, con influencias neoclásicas, rasgos góticos y hasta un sobrio barroco, siendo símbolo del tradicional barrio que lleva su nombre. En sus altares puede visitar a las imágenes de Nuestra Señora de las Nieves, el arcángel San Miguel y el Señor de Jara.
Bajando por la Bolívar y hasta la calle Tarqui, está el Cenáculo, templo consagrado a la adoración del Jesús Sacramentado en la Eucaristía, en oración permanente. “Fue ideado y construido con finalidad de dar culto al misterio religioso bíblico de la cena de Jesús. Sabemos que según el evangelio el Cenáculo fue un lugar que le prestaron sus amigos a Jesús”, manifestó Marcelo Cevallos, Padre responsable del lugar.
Cruzando hasta Gran Colombia y Padre Aguirre, con su tradicional plazoleta de las palomas, se hallará frente a Santo Domingo, nombrada también la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, cuya imagen se expone en su retablo principal de mármol, coronada como la patrona de la provincia en 1933. Aquí podrá contemplar una llamativa decoración de paredes y techo, además de imponentes cuadro e imágenes. Desde su Nártex (sala de ingreso) hasta la Capilla del Santísimo, al recorrer Santo Domingo los visitantes se inundan de un sentimiento de paz y admiración.
Tomando nuevamente la Simón Bolívar hasta Presidente Borrero, estará frente a la basílica del Perpetuo Socorro o iglesia de San Alfonso, obra monumental inaugurada en 1888, dentro del estilo neogótico, con dos torres simétricas que fueron concluidas en 1945, con altitud de 42 metros, dándole una forma de letra H en su fachada. Considerando que su diseño original corresponde al hermano redentorista, Juan Bautista Stiehle, la edificación, cuya estructura base es en ladrillo, ha sido sometida a restauración hasta este 2018, con arduo trabajo por mantener lo estipulado en su tesoro patrimonial.
Continuando por la Borrero, hasta Honorato Vázquez llegará La Merced, custodiada por la congregación de Oblatos. Con una sola nave, sus paredes de adobe se han mantenido incólumes al paso del tiempo, con murales y alegorías bajo la técnica del trampantojo (crea una ilusión real del dibujo). La admiración por su arquitectura, inicia en su propia puerta, donde están talladas la advocación de la Virgen Patrona, el escudo de Cuenca, dos leones de Castilla, el escudo de los mercedarios, complementados por adornos de laureles y ángeles.
Como parada antes del almuerzo, visite Todos Santos, que de ser un espacio ceremonial Cañari-Inca (Usno) en la etapa precolonial, pasó a ser una ermita (templo rústico y alejado) y luego, sobre sus cimientos la capilla de San Marcos, hasta que por el año 1820, fue edificada como la iglesia de Todos Santos, con la terminación de su campanario en 1924. A partir de una restauración y adecuación de espacios, en 2014 se ha constituido como un Complejo Patrimonial de orientación turística, donde se ofrece un recorrido que incluye desde la torre de la campana hasta las instalaciones del monasterio, que mantiene su tradicional panadería con el horno de leña y han incorporado un restaurante. Queda en la Calle Larga y Mariano Cueva.
Después de su descanso, acuda a la Manuel Vega y Bolívar, hacia el único templo católico en Cuenca edificado en “forma de una perfecta cruz latina”, nos referimos a San Blas, en donde sin descuidar las guías patrimoniales, se han colocado detalles tecnológicos para comodidad de los feligreses. Ingresar a este templo lo motivará a vivir la fe del presente, sin olvidar la historia que envuelve la religiosidad del pasado.
Termine el primer día de recorrido, en la Benigno Malo y mariscal Sucre, con la visita a la Catedral de la Inmaculada Concepción, joya de la arquitectura con una armoniosa fusión de estilos en su estructura y decorado, símbolo de la religiosidad cuencana y su más grande monumento patrimonial, con capacidad para alrededor de 8 000 personas, en sus 105 metros de longitud y 43 metros de ancho. Muchos llegan a cumplir con su deber cristiano y acaso sus penitencias ante las imágenes de santos, iniciando por Jesús; pero muchos también, lo hacen motivados por admirar esas mismas esculturas, en calidad de obras de arte cada una con su historia, expuestas en las naves laterales.
El recorrido no queda en el salón principal, sino que con el acompañamiento de guías especializados puede usted subir hasta sus torres y deslumbrarse con la fantástica vista de la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, más el paseo no termina ahí. Un lugar especial ha sido abierto al público develando muchos de los mitos que sobre éste se tejían. Nos referimos a la Cripta o espacio subterráneo que ha servido de cementerio para personas que han prestado servicio religioso a la Arquidiócesis local.
El segundo día inícielo con unas aguas de pítimas, antes de ingresar al Santuario Nacional del Carmen, donde los atractivos empiezan con su entrada tallada en mármol y estructura de piedra. El retablo mayor y el púlpito recubierto en pan de oro se suman a sus murales pintados en el cielo raso, hasta las reliquias esculturales de santos y las obras pictórica en alusión a fragmentos bíblicos.
La siguiente parada será la Iglesia del Sagrario o Catedral Vieja, en Mariscal Sucre y Luis Cordero Gracias a su construcción de madera se cuenta con una excelente acústica, lo que ha permitido que sea considerada como una sala de conciertos sinfónicos y otros eventos culturales. Su recorrido contempla obras que datan de la colonia, que incluyen sus respectivas leyendas, por lo que los visitantes pueden admirarlos de manera autónoma o utilizando audioguías. El púlpito construido y decorado por el artista indígena Gaspar Sangurima, en 1817; el órgano tubular, elaborado por Esteban Cardoso, oriundo de Oña; las esculturas de Jesús y sus 12 apósteles, son parte de este andar por el arte católico, en el lugar que empezó capilla, se convirtió en catedral y ahora es museo.
Para finalizar con los templos en la Presidente Córdova y Padre Aguirre está San Francisco, que comparte una estructura neoclásica y barroca, siendo que su paredes y arcos son de ladrillos, sobre cimientos de piedras almohadillas, que se supone fueron trasladas desde la ciudadela Inca de Pumapungo, (Av. Huayna Cápac y calle Larga). Techo con soportes de madera y cubierta de teja complementan el exterior. En el interior, su retablo en madera de cedro abrillantado y su púlpito son obras de finísima calidad estética del siglo XVII. Están también esculturas como la de su patrono y la de San Antonio y la Inmaculada de Legarda, que se sabe fueron colocadas apenas terminada la nave central.
Luego tendrá tres lugares que son despachos actuales de servicios católicos, aunque no son iglesias, podrían considerarse como espacios de actividad eclesial, y por su importancia histórico y cultural, se les ha otorgado un estatus turístico dentro de su religiosidad. El Monasterio de Nuestra Señora de la Concepción, ubicado en las calles Hermano Miguel y Juan Jaramillo, después de tres años de restauración, una de sus áreas fue abierta al público como museo, con la temática de arte religioso.
A unas pocas cuadras, en las calles Simón Bolívar y Luis Cordero, está la Casa Episcopal, más conocida como Curia de Cuenca, donde funciona la administración de la Iglesia Católica local. Con historia que data desde el siglo XVII, fue construida para ser habitada como vivienda familiar, pasando por varios propietarios hasta llegar a manos de la Arquidiócesis. Subiendo por la calle Simón Bolívar, hasta la altura de la Benigno Malo, nos encontramos con el antiguo Seminario San Luis, que ahora luce renovado conservando su esencia patrimonial y mostrándose como alternativa digna de un paseo turístico en lo que corresponde al Centro Histórico cuencano.