Cuenca Chocolate y aventura en Dos Chorreras

Cuenca

En este viaje nos sumergimos a una aventura dulce y natural en el complejo turístico Dos Chorreras, una hacienda que fusiona el placer por el chocolate con la seducción de la naturaleza. Este enclave, ubicado a  21 kilómetros de Cuenca, en la vía que conduce a Guayaquil, muy cerquita del exuberante Parque Nacional Cajas, ofrece una experiencia como ninguna otra.

Dos Chorreras se abre paso sobre los 3000 metros de altitud, rodeado de un reino hermoso de montañas majestuosas, bosque andino, cascadas, lagunas y escorrentías de agua. Es una joya turística que cautiva. Tiene un estilo arquitectónico que guarda armonía con el entorno: construcciones rústicas y modernas que mezclan la piedra, con la madera y el adobe.

 

 

Aquí no hay lugar para aburrirse y un día no es suficiente para sumergirse en una experiencia de disfrute total, por la variedad de actividades. Cada rincón bulle con la promesa de descubrir algo nuevo y emocionante. Para quienes buscan una dosis de aventura, pueden embarcarse en una caminata o cabalgata de excursión por senderos serpenteantes impresionantes.

Otra opción es los paseos en una especie de trencito por el amplio complejo. Mientras la locomotora avanza con suavidad por las calles adoquinadas, los pasajeros observan los hermosos jardines floridos, árboles frondosos, puentes, construcciones, lagunas, cabañas, llamas, caballos, ponys y otros animales pastando, todos son amigables y atractivos para los visitantes.

 

 

Recorrer en bote la inmensa laguna, pescar, alimentar a las llamas (alpacas) y ponys, avistar aves y conocer la vida de los nativos del vecino poblado de Guavidula, son otras alternativas de regocijo. La brisa fría acaricia el rostro. Cada curva trae una sorpresa y cada momento es una oportunidad para maravillarse, aprender y crear recuerdos inolvidables.

Pero los platos fuertes y la mejor manera de relajarse son con la visita al restaurante y a la chocolatería. Estos rincones mágicos, ubicados en bloques separados, ofrecen exquisita gastronomía y golosinas irresistibles a cualquier paladar. De allí viene el nombre de Chocolatería Dos Chorreras.

 

 

La Chocolatería recibe al visitante con un aroma embriagador a cacao y especias que flotan en el aire como un hechizo, un festín para los sentidos. En el centro, una imponente esfera multicolor, obra maestra de la creatividad y el arte, parece flotar en un mar de dulces tentaciones. Por debajo, un antiguo auto rojo cargadísimo con delicias azucaradas y chocolatosas.

Estar allí evoca nostalgia de tiempos pasados y nos invita a sumergirnos en un viaje de sabores, colores y texturas. Detrás de los mostradores, jóvenes con extraordinaria amabilidad y vistiendo mandiles sugestivos, trabajan con maestría montando delicias irresistibles a partir del cacao local, frutas, aderezos y otros ingredientes frescos de la región. Todo cautiva. 

 

 

Las vitrinas están repletas de postres variados, desde tabletas de chocolate negro intenso hasta frutas rellenas, pasteles y galletas, cada uno más tentador que el anterior. Puede elegir tomar una taza de chocolate caliente espeso, adornado con crema batida y ralladura de chocolate, para reconfortar el alma, después de una caminata por los senderos de la hacienda.

Cada bocado es una experiencia sensorial única, que despierta los sentidos y nos transporta a un mundo de placer y deleite. Pero más allá de la exquisitez de los productos, lo que hace que la Chocolatería Dos Chorreras sea verdaderamente especial es el ambiente de camaradería y conexión humana que se respira en cada rincón.

 

 

El restaurante es otra propuesta de disfrute. La excelencia culinaria alcanza su máximo esplendor con la trucha, protagonista indiscutible de cada mesa. Los chefs elevan este pescado en una variedad de formas que seducen los paladares más exigentes. Ya sea en ceviches, a la plancha, frita, al vapor y con salsas de la casa y aderezos, cada plato es una obra maestra de sabores, colores y texturas.  

También ofrecen camarones, carnes en varias presentaciones y otros platos típicos. Cada mordisco es una experiencia sensorial única que deja una impresión perdurable, convirtiéndose en una celebración de la buena mesa y el arte culinario. El ambiente rebosa de alegría y expectación. Cada espacio promete un encuentro memorable con el placer gastronómico.

 

 

El complejo Dos Chorreras es un lugar donde los viajeros se encuentran y comparten historias alrededor de una mesa, donde las risas y los buenos momentos fluyen como el chocolate que se derrite en la boca y que hace suspirar de felicidad. Cada momento compartido en familia o amigos son oportunidades para conocer la riqueza cultural y natural.

Pero hay más opciones qué hacer en este enclave andino y con corrientes de viento. Alojarse en las confortables acabañas, fotografiar y enamorarse de cada espacio diseñado con amor, color y elegancia. Despertar es esta hacienda es un regalo para los sentidos y el alma.

 

 

El sonido burbujeante del agua de la quebrada que cruza cerca de las cabañas, el canto de los pájaros y el susurro del viento entre los árboles son como melodía armoniosa y dan serenidad. Los primeros rayos del sol acarician delicadamente el paisaje montañoso que se extiende ante nuestros ojos, es como si abrazáramos la belleza y la calma.

Cuando finalmente nos despedimos de este paraíso chocolatero y de naturaleza, lo hacemos con el corazón y el estómago llenos de felicidad, y el paladar anhelando más. De aquí usted sabrá que ha descubierto un lugar mágico, que atesorarás en sus recuerdos como una joya preciada, y que –sin duda- volverá a visitar en cuanto tenga la oportunidad.

 

OTROS DETALLES

EL COMPLEJO: Dos Chorreras, a más de la chocolatería excepcional, posee cabañas rústicas con habitaciones elegantes. Hay alojamiento para todos los gustos y presupuestos, para descansar después de un día de aventura.

LA HACIENDA: es el punto de partida ideal para explorar el impresionante Parque Nacional Cajas, con sus lagunas de aguas cristalinas, picos, nevados y senderos serpenteantes. La naturaleza es su principal atractivo.

PARADOR DE MONTAÑA: es la parada obligada de los turistas que vienen de Guayaquil a Cuenca. Está al pie de la carretera y es una cafetería para tomar alguna bebida caliente para abrigarse por el frío de la zona. En parte y el punto de ingreso a la hacienda.

TIENDA DE CHOCOLATE: Si busca vivir solo la experiencia de degustar el chocolate en sus diferentes presentaciones (bebidas calientes, postres y golosinas) Dos Chorreras tiene un local en la esquina de las calles Padre Aguirre y Bolívar, en el Centro Histórico de Cuenca.

 

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