Chordeleg Tres Lagunas, míticas y curativas

Chordeleg

Seguro que ha oído hablar de experiencias sensoriales cuando te han contado alguna vivencia sobre un destino concreto. Si quieres materializarlo es tan fácil como dirigirse a Tres Lagunas, en Chordeleg, Azuay. Es una importante reserva natural donde absorberá su encanto a través de los cinco sentidos. Tras 40 km. recorridos por la vía rápida Cuenca-El Descanso-Gualaceo- se llega al cantón de los orfebres.

Ingresar a Tres Lagunas es una agradable experiencia. En vehículo se avanza unos tres km. hacia la montaña, para luego emprender una caminada de entre tres y seis horas, según el paso de los turistas, su condición física y el espíritu aventurero. Al inicio se pasa por una amplia zona ganadera.

Los majestuosos montes Fasayñán Macho y el Fasayñán Huarmi (mujer) dan la bienvenida. Al interior hay pintorescos caminos, sinuosos e irregulares, rodeados de pajonales y árboles de donde sale el interminable trinar de los pájaros. La reserva conserva el paisaje original. La vegetación andina y su biodiversidad en flora y fauna cautivan.

Quienes habitan en las cercanías dicen que hay especies de hábitat frío como los lobos de páramo, conejos, venados, tapires andinos, zorrillos, entre otros.

A la mayoría es posible verlos corretear al amanecer o al caer la tarde. Las aves (loro, curiquingue, colibrí, tucán andino) revoletean en este ambiente de bosque húmedo y de páramo herbáceo donde abundan las lianas, helechos y flores silvestres.

El primer descanso de 10 minutos, para contemplar el paisaje, se lo hace tras 50 minutos de caminata en un pequeño puente, dueño de una cascada que regala paz.

El entorno está rodeado de montañas de diferentes tamaños donde nacen imponentes cascadas, como hilos de plata. Cuesta arriba y directo hacia las lagunas están, estratégicamente ubicados, cinco refugios para el descanso o un picnic. Eso ayudará a reponer energías y ganar calorías para continuar.

Llegando al destino

Al llegar a la primera cabaña se divisa frente a la cordillera la cara de un simio acostado. El ambiente es verde por la exuberante vegetación, la gama más completa de tonalidades es algo sin precedente. Luego de tres horas de caminata está la primera laguna, pacífica y paciente incitando a la reflexión. Un torrente de agua de la parte más alta, que parece suspendido en el aire, llega para descansar y alimentarla.

Más abajo, como arrimado a la primera está el segundo espejo de agua, dócil y de un celeste que refulge con los rayos del sol. A su costado otra bulliciosa cascada alimenta al tercer contenedor natural, que parece reflejar el cielo despejado. Entonces se puede admirar en todo su esplendor a las Tres Lagunas en orden descendente conectadas entre sí.

Al fondo de la cordillera se dibuja la cara de un oso y un simio acostados. Mientras se descansa en la cima de una roca los guías cuentan tenebrosas y encantadoras leyendas. Dicen que bajo sus aguas hay una ciudad encantada y que los antepasados que intentaron encontrarla quedaron atrapados en ella para siempre.

Otros dicen que las aguas tienen extraordinarios poderes curativos. Estar allí es una experiencia única y cualquier esfuerzo vale la pena. Ante las escenas paisajísticas el corazón acelera sus latidos.

Algunos visitantes ingresan a esta reserva a caballo (unas tres horas) motivados por el genuino impulso de penetrar en los mejores escenarios de la naturaleza azuaya. Sentarse a orillas de una de las lagunas y sentir la brisa acompañada del viento helado que golpea las mejillas es gratificante.

Faltaría tiempo para fotografiar cada detalle, cada momento, cada espacio. La biodiversidad de la zona le devuelve la vida al espíritu al visitante. Junto a las lagunas crece la chuquiragua o flor del caminante, la valeriana, trencilla, uña cuzhma, poma negra y la guayusa, para la preparación de brebajes aromáticos y medicinales. Así es Tres Lagunas amable y femenina unas veces;  salvaje y masculina otras, todo un manual de biología y botánica.

Para Saber

  • Desde el terminal terrestre de Cuenca a Chordeleg utilice un bus de las cooperativas Santiago de Gualaceo, Santa Bárbara o Sígsig. El viaje toma una hora. Desde Chordeleg hay camionetas que cumplen turnos hasta la parte carrozable.
  • Ya en Chordeleg hay que dirigirse a la Asociación Agro Artesanal y de Turismo Comunitario “Las Guacamayas” ofrece paquetes completos (guías nativos, caballos, alimentación, hospedaje). Ellos son parte de la comunidad y desarrollan el turismo comunitario.

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