Verlo en lo alto de las montañas se ha vuelto difícil. Está en extinción. En el Parque Cóndor tratan de evitar que eso suceda y dos ejemplares viven bajo cuidados, con la esperanza de la reproducción. Así como ellos, hay otras decenas de aves que fueron rescatadas de la mano del hombre.
Si alguna vez soñó con estar cerca del “Rey de los Andes”, puede hacerlo realidad en el Parque Cóndor, un refugio para aves rapaces en peligro de extinción ubicado en Curi Loma, a 4 km. del centro de Otavalo. Allí se cuidan a dos de estos ejemplares símbolos del Ecuador.
Se ingresa por la Panamericana y el camino está señalizado. Pero si sale desde Quito demorará dos horas vía terrestre. Este parque de 17 hectáreas tiene 11 años de funcionamiento, pero desde hace ocho está abierto al público. El objetivo es contribuir a la protección, rescate, rehabilitación y posible reintroducción del cóndor andino, búhos y otras aves rapaces a sus hábitats e incentivar la investigación científica.
Los biólogos, cuidadores y veterinarios tratan con cariño a las 80 aves que en ese ambiente natural encontraron un refugio seguro. Cada una está en espacios deferentes, identificadas con carteles para comprender su historia de vida. Por ejemplo, Olafa es un águila harpía que fue traída de Estados Unidos tras caerse de un árbol, que sostenía su nido, cuando un leñador lo cortó.
Olafa se fracturó un ala y fue atendida en una clínica para aves en Panamá. Desde entonces ha procreado 16 polluelos. Sus crías están libres en la naturaleza y ella vive en el parque bajo los mimos de sus cuidadores. Durante el día, en este parque se realizan dos exhibiciones de vuelo libre con gavilanes, para entender el comportamiento de las aves en su entono. Permanecen entre 30 minutos y una hora, dependiendo del clima y del ánimo.
El tema del parque es la educación ambiental. Hay una sala de interpretación con explicaciones sobre la forma de vida de cada especie. La alimentación es a base de animales menores como ratones, polos y codornices criados en el mismo lugar. En otros casos son donaciones particulares. Cada dos o tres meses compran una res para alimentar la principal especie: el cóndor.
Por su belleza y majestuosidad impresionan. El Cóndor andino está en crítico peligro de extinción, según el Libro Rojo de las Aves del Ecuador. Se cree que en el Ecuador sobreviven unos 40 ejemplares entre los que están en cautiverio y libres. Es el ave voladora más grande (solo las alas miden más de tres metros), viven en zonas montañosas y utilizan zonas ventosas para trepar hasta los 7.000 metros de altura. Pesa hasta 15 kilos.
El Parque Cóndor tiene hermosas vistas panorámicas hacia los cuatro puntos cardinales. Desde ahí se observan los volcanes Imbabura y el pueblo de Cotacachi. Por esta en un sitio privilegiado, llegan otras aves rapaces silvestres, en ocasiones el mismo cóndor. La vegetación es abundante. Es maravilloso ver cuando sobrevuelan libres y se asientan por instantes en el parque.
Tras leer este artículo su compromiso será visitar este espacio natural para entender por qué estas aves son indispensables para la limpieza de los ecosistemas y la necesidad de protegerlas para que sigan adornando los cielos y paisajes de los Andes.
Para saber
- El horario de atención es de miércoles a domingo de 09:30 a 17:00. La demostración de vuelos libres a las 11:30 y 15:30. La entrada cuesta USD 3.50 para nacionales, 2 para niños y 4.50 para extranjeros.
- Las aves que tiene la Fundación Parque Cóndor fueron rescatadas del maltrato (heridas o enfermas) por las autoridades del Ministerio del Ambiente, Policía o gente que está consciente de que las especies exóticas no deben salir de su hábitat.
- A más del Parque Cóndor usted puede visitar otros atractivos de la zona como el mercado indígena de Otavalo, la cascada de Peguche, el árbol sagrado del lechero, el Lago San Pablo, las lagunas de Mojanda y más.