Los encantos de Oña están por doquier y muchos de ellos escondidos detrás de un sinfín de colinas y montañas desde donde es posible divisarlos.
Por esa compleja geografía, diversa y accidentada, este cantón es un destino que se vuelve una excelente opción turística. Existe una amplia lista de posibilidades para contemplar la belleza paisajística y qué mejor si lo hace desde las alturas.
Ubicado en la parroquia Susudel, El calvario es uno de esos miradores naturales donde todos quieren experimentar y disfrutar de la privilegiada vista del centro poblado, sus extensas huertas agrícolas y los asentamientos dispersos.
La aventura empieza en el sitio Tablón Viejo, con un ascenso en vehículo por alrededor de 3 kilómetros. Luego, hay que ir a pie por un angosto sendero, entre líneas de pencas al inicio y de chaparros después, hasta llegar a su cúspide de aspecto rocosa y poblado de cactus y flores silvestres.
La caminata es de baja dificultad y toma alrededor de 30 minutos hasta arribar a la parte más alta, hasta llegar a una choza de madera y techo de paja, donde es posible guarecer y empezar a descubrir impresionantes paisajes.
El Calvario es un destino para la celebración religiosa en honor a la Santa Cruz que se cumple cada año, en mayo. Decenas de peregrinos participan de esta ceremonia en una pequeña capilla que se alumbra y que es parte del entorno de este maravilloso mirador natural.
PARA SABER:
https://www.viajesvistalsur.com/Articulo/content/1007/detail/ONA-Cascadas-que-enamoran